Reclamado por su abuela, que vive en un pueblo mexicano, Joselito emprende el viaje desde España. Una vez allí, mientras viaja en una diligencia, es asaltado por unos bandoleros. Joselito logra escaparse y, caminando sin rumbo fijo, se encuentra con Antonio, un caballista que tiene por oficio el de jugador del azar, y se hacen muy amigos.