Catherine, una ingenua chica de veinte años que acaba de quedarse huérfana, llega a París con una maleta y un dato: el nombre de André Chatelin, renombrado cocinero y dueño de un restaurante en Les Halles, que, además, hace veinte años estuvo casado con su madre. Chatelin, para disgusto de su madre, la acoge en su casa. Poco a poco, la cándida apariencia de la chica deja paso a un comportamiento inquietante. Duvivier desconcertó al público con unos personajes femeninos tremendamente amorales y sórdidos.