Realizador cinematográfico egipcio nacido en Alejandría. Nacido en el seno de una acomodada familia de origen católico libanés, Chahine obtuvo a mediados de los años cuarenta una beca para estudiar Arte Dramático en los Estados Unidos. A su regreso a Egipto en 1948, fue en el mundo del cine donde encontró mayores oportunidades profesionales, ejerció de ayudante de dirección en varias películas y debutó muy pronto como realizador gracias al apoyo del veterano Alvise Orfanelli. Sus primeras películas son productos comerciales dotados de cierto encanto, pero todavía muy alejados de sus ulteriores constantes temáticas y estilísticas. En 1958 rodó la que probablemente sea su obra maestra y una de las cumbres del cine egipcio de todos los tiempos, Bab al-Hadid. Extraordinario fresco costumbrista a partir del microcosmos de la estación central de El Cairo -pero también un incisivo estudio sobre la represión sexual en el seno de la sociedad egipcia-, la película marca la cima de la tradición realista del cine egipcio, que no obstante Chahine abandonó pronto para decantarse por filmes formalmente más elaborados y políticamente más incisivos. A partir de ese momento, Chahine dio continuidad a su obra con filmes un tanto irregulares, pero no dejó de volver sobre los pasos de las superproducciones históricas. Por más que ninguna de sus obras posteriores estén realmente a la altura de sus grandes títulos de los años cincuenta, sesenta y setenta, Chahine sigue siendo el más prestigioso y conocido de los cineastas egipcios. En 1997 recibió una Palma de Oro honorífica por toda su carrera en el Festival de Cannes.