Director de cine, teatro y coreógrafo estadounidense, famoso por su innovadora manera de dirigir grandes espectáculos de baile para la pantalla. Su verdadero nombre era William Berkeley Enos, y nació en el seno de una familia de actores de teatro en Los Ángeles, California. Estudió en la Mohegan Military Academy de Peekskill, Nueva York. Entre 1914 y 1918, durante la I Guerra Mundial, sirvió en el ejército como director de desfiles y organizador de actuaciones para los soldados. Después de la contienda trabajó como figurante en Nueva York, y hacia finales de la década de 1920 era conocido como uno de los mejores directores de baile de Broadway. En 1929 se convirtió en la primera persona que dirigía y coreografiaba un musical de Broadway. En 1930, invitado por el director y productor Samuel Goldwyn, se trasladó a Hollywood para trabajar como coreógrafo en películas como Whoopee (1930, de Thornton Freeland), Volando voy (1931, de Charles F. Riesner) y Ave del paraíso (1932, de King Vidor). Berkeley firmó un contrato con la Warner Brothers en 1933 y siguió cosechando éxitos como coreógrafo y como director con películas que exhibían espectaculares secuencias de baile, como Vampiresas 1935 (1935). Mientras estaba en la Warner Brothers, desarrolló un estilo personal, caracterizado por los movimientos de la cámara, los decorados extravagantes y la presencia de bailarines y atrezos sugerentes desde el punto de vista sexual. En 1935 fue contratado por la Metro Goldwyn Mayer para dirigir Los hijos de la farándula (1939), el primer musical protagonizado por la que se convertiría en la pareja de moda, Judy Garland y Mickey Rooney. Durante este periodo también dirigió For Me and My Gal (1942), el primer musical que uniría a Garland con el actor estadounidense Gene Kelly. Berkeley volvió a la Warner Brothers en 1943 para hacer The Gang's All Here (1943), un musical extravagante protagonizado por la cantante y bailarina brasileña Carmen Miranda. En 1949 regresó a Nueva York y filmó Take Me Out to the Ball Game, su última película como director. En parte como consecuencia del descenso en la popularidad de los musicales durante la década de 1950, Berkeley se retiró de la dirección y de los montajes coreográficos aunque siguió trabajando esporádicamente en proyectos de otros realizadores. La última película que coreografió fue Jumbo (1962, de Charles Walters).