Son las fiestas de Benidorm y eso en Levante significa petardos y fuego. Petardos y fuego en la calle pero también fuego en la frente de Xabi, que se levanta empapado en sudor, creyendo que por fin ha llegado su hora. Resignado a su destino, solo le preocupa no haber dicho nada a María sobre su salud. A su amigo Tony le preocupa otra cosa, que se muera. Que se muera sin dejarle toda su herencia a su amada. Así que el plan debe acelerarse. El mero hecho de que Xabi esté moribundo e inconsciente no será motivo para que Tony renuncie a organizar una boda en el Hospital. Pero los amigos de Xabi has escuchado a María hablar con su novio y se consagran a evitar esa boda como sea, aunque para ello deban desatender sus labores en la funeraria y enfrentarse al temido Don Ximo.