Mutta y Hibito de pequeños se prometen mutuamente convertirse en astronautas cuando sean mayores. Años después, Hibito ha conseguido llegar a ser astronauta y se enfrenta a su primera misión rumbo a la luna, mientras que Mutta es despedido de su empleo en un concesionario de coches. Para animarle, Hibito decide enviarle la grabación que realizaron durante su infancia. Mutta tras escucharla decide cumplir la promesa que hizo a su hermano.