Cuando estalló la guerra en Europa en 1914, la mayoría de la gente pensaba que el conflicto acabaría en Navidad; no podían imaginar lo equivocados que estaban. Un atentado en Sarajevo acabó convirtiéndose en una bola de nieve que arrasó el mundo: había empezado un nuevo tipo de guerra llevada a cabo con técnicas y medios nunca antes vistos. En noviembre de 1918, diez millones de personas habían muerto y el mapa político del planeta había sido redibujado.