La escalada de tensión entre Paco y Jota llega a su máximo nivel justo cuando tienen que coincidir por primera vez en la retransmisión de la final de la Copa del Rey. El ambiente entre los locutores se caldea tanto que el partido pasa a segundo plano. Los puñales vuelan en directo, llevando a los periodistas a cruzar todos los límites y traicionar todo en lo que creen.