La brillante idea de Ícaro vuelve a fracasar cuando convence a Hércules de que visite los destinos para convencerlos de que vuelvan a tejer su tapiz cósmico para que los chicos puedan conseguir entradas para conciertos. Sin embargo, cuando se niegan, Ícaro toma las cosas en sus propias manos y se mete con el Tapiz y los problemas insisten.