Jesús se entera de que tiene una hija y deja su vida en Chicago para viajar a México y conocerla, pero sin saberlo pide la ayuda a Ury Petrovsky, un mafioso ruso. Al llegar a México le detienen con una maleta llena de dinero que Ury le pidió llevar con engaños. Jesús declara ante la licenciada Delia que es inocente y gracias a su colaboración detienen a Ury.