Francisco se queja de la cogida que sufrió en la capea del anterior episodio y aprovecha para poner a su servicio a toda la familia. Al mismo tiempo involucra a sus hermanos en la compra de un cuadro de un autor célebre, que pertenece a otro amigo que quiere deshacerse del lienzo a un precio menor de lo que vale. Pero sus hermanos no se fían y será muy difícil que le echen una mano.