Casi un millón de dólares obtenidos ilegalmente por el anterior embajador aparecen en el techo del dormitorio de la residencia. Carlos ha vuelto y propone utilizar el dinero para solucionar, mediante sobornos, los problemas judiciales de Ester, que va a ser juzgada en Tailandia sin que las actuaciones del Ministerio hayan obtenido resultado. Junto al dinero, aparecen también una serie de grabaciones por las que desfilan todos los implicados en la trama criminal que rodea la embajada. La prueba definitiva para destapar públicamente los delitos que se están cometiendo al amparo de la embajada. Pero la situación de Ester aconseja actuar con prudencia, y el hallazgo desata una batalla para decidir qué van a hacer con ese material.